Hasta Siempre Guillermo
“Era un día de verano, en
la plaza Damm de Amsterdam, la multitud frente a un enorme escenario aplaudía a
un músico de un país lejano; Honduras. Yo, que también estaba frente al
escenario, no dejaba de gritar emocionado el nombre de mi amigo, el cantautor
mas grande de mi pequeño país; Guillermo Anderson. Ese día me sentí tan
orgulloso de ser Hondureño y de mostrar al mundo que también podíamos aportar
humanidad a través de la música, en especial la de Guillermo Anderson, el
músico hondureño mas universal que mi tierra ha producido, el hombre al cual
con mucha satisfacción podía llamar amigo”.
Guillermo
Anderson, se sentía dichoso de haber nacido en esta parte del mundo. Como muy
pocos hondureños, no dejaba de hablar de las bondades de su tierra, la cual
consideraba que era una bendición de Dios. En todos los escenarios del mundo,
siempre su proclama era de la de mantener una constante lucha por rescatar y
preservar el hermoso paraíso que Dios nos ha regalado, también nunca cesó sus
denuncias por la destrucción de la naturaleza, en especial de los bosques de
nuestro país.
Pero a
Guillermo, no sólo se preocupaba la naturaleza, también era un hombre con una
alta sensibilidad social. Nunca dejó de buscar los medios para llegar hasta
donde los más vulnerables, en especial los jóvenes, a los cuales dedicó horas
de silencioso voluntariado, lejos de las cámaras y de la actividad mediática.
Enmarcado dentro de la cultura de paz y prevención de violencia, Guillermo
implementó varios proyectos, entre ellos, el “Círculo juvenil de tambores por
la paz” y el “Coro Juvenil de La Ceiba”. Bajo la modalidad de talleres
musicales, en éstos también se impartían talleres de liderazgo, igualdad y
equidad de género, convivencia y coexistencia pacífica, emprendedurismo y
muchos otros temas más, que sin duda trasformaron la vida de los jóvenes que
tuvieron la dicha de ser partícipes de dichos proyectos.
Uno de sus
grandes legados es el trabajo realizado y llamado por el mismo como; “Para los
chiquitos”, el cual es una notable obra en dónde Guillermo, un especialista en
contar cuentos, compartía con los niños sus anhelos de un mundo mejor através
de bellas fábulas en donde los animales del bosque eran los protagonistas. Esta
obra fue llevada al teatro, una especialidad en la cual Guillermo había
incursionado mientras estudiaba literatura, en los Estados Unidos de Norteamérica.
“Para los chiquitos”, fue una constante práctica en la vida artística de
Guillermo, la cual fue llevada a los más recónditos lugares de Honduras, muchas
veces en comunidades situadas en lo profundo de la selva.
Las costumbres
y riquezas de nuestro país, sus problemas sociales, sus alegrías y tristezas
también fueron inmortalizadas en temas como: “ El encarguito”, “Hola mamá”,
“Chago”, “Pepe Goles”, “Hayde”, “Sólo calales” y muchas otras, pero quizá la más
emblemática de sus canciones es la conocida “En mi país”, la que es considerada
un himno contemporáneo y alternativo de Honduras en la actualidad.
“Los primeros pobladores de
La Ceiba, fueron un grupo de indígenas pech, que consideraban al árbol de la
Ceiba como la escalera de Dios por donde El baja y sube a la tierra”, (Antonio
Canelas, historiador ceibeño). Guillermo Anderson, hoy sábado 6 de agosto de 2016,
ha subido por esa escalera y esta ahora en la presencia del Señor.
“hasta siempre Guillermo,
hasta siempre amigo”