viernes, marzo 06, 2009

TORRE BANPAIS, TORRE DE OBSERVACION DE AVES DEL PAIS

7:00 am. Después de unos increibles 48 minutos de imcompresible tráfico por fin he llegado. Estaciono el carro en el parqueo, saco mi cámara y me encamino hacia la entrada del edificio de la "Torre Banpaís". Doy tres pasos y sobre mi cabeza escucho unas loras bulliciosas que se posan sobre uno de los árboles que esta alrededor, de forma autónoma enciendo mi cámara y empiezo a buscar el mejor ångulo para disparar, ¡por fin!, me digo a mi mismo, después de casi tres años de observación y apuntes en mi vitácora de avistamientos, he conseguido una buena buena foto de la "bendita" lora. Desde octubre de 2004 hasta la fecha, he llevado una vitácora de avistamientos de aves ( con apuntes de hora, fecha y nombre de la especie ) de la" Torre Banpaís", el edificio en donde se encuentra la oficina de la empresa para la cual trabajo. hasta la fecha he contabilizado mas de 20 especies diferentes de aves. La gran cercanía con la montaña de Merendón, por encontrarse en las faldas del mismo, hacen que este sea el límite entre la "urbe" de San Pedro Sula y el Parque Nacional Cusuco y por ende un lugar en donde aún es posible observar ciertas formas de vida silvestre. Pteroglossus torquatus, Colimbia cayennesis, Melanerpes aurifronts, Ictenus mesomelas, Quiscatus mexicanus...bueno mejor dicho: Tucanes, Chipes, Loras, Pericos, Turcas, Chorchas, Cristofue, etc, son algunas de las aves que día a día se pueden apreciar, algunas veces he tenido la oportunidad de poderlas fotografiar de manera casi decente, otras como el escurridiso y bellisimo Cardenal aun espera por una buena oportunidad. Mientras saco el lente de mi cámara por la ventana del baño en el sexto piso, veo como poco a poco el límite del bosque va cediendo cada vez mas a la ciudad, existen por lo menos unos 10 grandes proyectos habitacionales "dizque" ecológicos, prometiendo la coexistencia entre la ciudad y la vida silvestre, mientras observo pienso que en unos pocos meses quizá menos o mas, cada vez será menos posible tener el descanzo visual del colorido plumaje de las aves y su relajante canto. Mientras se pueda, seguire con esta práctica, absurda e inservible para algunos de por aca.